Comenzar un proceso serio y bien direccionado de entrenamiento siempre va traer consigo un compromiso a nivel personal donde será importante la optimización del tiempo.
El sacrificio y la salida de la zona de confort serán factores determinantes para adquirir dicho resultado
A partir de las primeras 20 sesiones de entrenamiento, comenzarás a notar los cambios que deseas en tu cuerpo, donde además mejorarás en aspectos como la fuerza, la velocidad y la resistencia. Dichas capacidades serán determinantes para poder continuar con un proceso exitoso que permita seguir teniendo cambios tanto estructurales como estéticos.
Factores como la duración, la intensidad, los métodos de entrenamiento y la alimentación, son condiciones determinantes para obtener resultados rápidos que se pueden notar a simple vista.
Es en este momento donde comienza la planeación que se realice con tu entrenamiento, donde por medio de una observación de tu esfuerzo o por un test se mide qué tan entrenado te encuentras y cómo puedes jugar con la intensidad de tus cargas, para poder hacer una progresión lógica en tu entrenamiento de fuerza y lograr que el gasto de energía a través de la grasa sea más efectivo y rápido.
Para que estos métodos de aumento de carga y fuerza funcionen mostrando resultados en la disminución de peso, es necesario hacer un ajuste en el plan de alimentación donde será muy importante el manejo que se le de a la insulina y a cortisol, quienes son las hormonas más importantes en el manejo de la energía del cuerpo y son las encargadas de utilizar de la mejor manera los azúcares, las grasas y los carbohidratos .
Mientras estas hormonas están en un punto ideal, será más fácil utilizar la grasa y por lo tanto bajar de peso.
Algunas de las recomendaciones para lograr mantener estas hormonas en un punto ideal son:
– Disminuir o eliminar el azúcar (gaseosas, jugos naturales, chocolate, postres, bocadillos, helados, tortas, pasteles y aderezos).
– Tener control de los carbohidratos simples según gasto calórico (arroz, papa, yuca, plátano, frijol, lentejas, pastas, etc).
– Tener control de consumo de proteína animal (huevos, carnes rojas, pollo, pescado).
– Aumentar y darle prioridad a las verduras, frutas y vegetales.
La alimentación y el deporte deben recorrer juntos un largo camino para llegar al éxito o simplemente para sentirse bien con uno mismo.
Con Juanes Coach podrás encontrar este balance para tener mejores resultados.